Cuando te tomé en mis brazos,
eras tan menuda y pequeñita
que te di mi beso con temor
sintiendo tu aroma de recién
nacida
que era perfume de rosas
encarnadas.
Tus ojos inmensos y soñadores
como la incógnita del universo.
Luego sentí palpitar tu corazón
con fuerza de hermosos sentimientos
que prodigan las hadas generosas
a las bebitas nacidas del amor.
Creciste como la buena semilla
destinada a ser árbol
frondoso
con dulces frutos y sólidas
ramas.
Hoy eres hormiga y abeja,
trabajo y miel a la vez,
autoridad y buen juicio,
rectitud en la madurez.
Buena esposa serás siempre
en el amor y lealtad,
que es todo lo que se requiere
para ser dama encantada .
Felicidades cariño y recibe
sin inventario de tiempo,
la edad de honrada mujer
prudente y sabia al hablar,
adornada de talentos
que debemos admirar
de mi pequeña adorada
tan amada el día de hoy
que está siendo festejada.
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