Por A.J.Ortega
Nació
con la luz del día,
cuando
el sol se disponía
a
mecer entre sus rayos
la
cuna tierna de su vida.
Por todas partes se sentía
ese
arrullo matutino
de
rayos de sol radiantes,
anunciando
que mi hijo
con
sus ojazos despiertos
había
nacido para buscar
del universo su incognita.
Yo
imaginé en ese instante
que
la fuerza del destino
iba
a permitir su lucha
de
conquistar cada espacio
que
le tocara ocupar
como
lo exige la vida
que
deja existir al viento
sin
que se deje notar
cual
poderoso elemento.
En
esa misma mañana
lo
quisimos bautizar
con
gotas de agua bendita.
lo
llamamos Alejandro,
Guerrero
conquistador
de
precisas ambiciones
como
las fincan los padres
para
sus hijos varones.
Es
verdad muy bien sabida
la
que nos dice el destino
que
cuando se quiere volar
tenemos
que estar dotados
con
fuertes alas de arcángel.
Es
que aquel que va a montar
sobre
los lomos del tiempo
tiene
mucho que avanzar
con
las riendas en la mano
y
la silla del conocimiento.
Esa
es la regla invariable
al
que busca duros retos
para
los arcos triunfales
al
comandar que la frente
debe
de estar bien levantada
para
poder ser laureada.
Hoy
que ya está crecido
quisiera
saber su ruta
pensar
que tiene la idea
de
proclive pensamiento,
para
honrar a la verdad
que
a los espíritus libera
o
si siente en su interior
estar
en paz con el Dios
que
allá en el cielo lo espera.
No comments:
Post a Comment