Tomado del libro Rimas y Palabras
por A.J.Ortega
El pobre trabajador
sin oficio conocido
se ha tornado comprador
de tristeza en abundancia.
Frustrado está en
ilusiones,
Pues hundido en la miseria
es tanto su desespero,
que a percibir solo alcanza
lo que gana del salario
en relicario de quejas.
Ya no tiene en la memoria
la aspiración ni el deseo
porque todo es vil quimera,
que no es la cura a la pena
que nace del sentimiento
cuando muere la esperanza
de ver un mundo mejor.
Nada le vale la lucha
para vivir por comer
con esos poquitos pesos
que a la corta y a la larga
son el mortal estipendio
que lo entierra en el
sudario
bien forrado de los huesos.
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