Sunday, May 17, 2015

EL ODIO ENTRE HERMANOS


Tomado del libro Cuentos, Historias & Relatos Tomo II
Por A.J.Ortega

 

Desde hace 4.000 años, árabes y judíos han sido  hermanos que se odian. En los cantos de los trovadores árabes la historia rediviva es como un mandato de las Sagradas Escrituras que debe cumplirse inexorablemente.

Todo comienza en la antigua ciudad de Caldea, tierra de Profetas poseedores de secretos celestiales. En ella se distinguía Abraham, quien había recibido un mensaje divino de dirigirse hacia el sur y fundar una nueva nación. La profecía corría el peligro de no realizarse porque Abraham envejeció sin tener hijos.

Su esposa, Sara era estéril. Sin embargo y con resignación ella regaló a su esposo su sirvienta Agar para que en ella tuviera un hijo que lo sucediera, lo que hizo Abraham teniendo frecuentes relaciones con la mujer que era una joven indígena que servía en su casa, de cuya unión nació Ismael, el cual resultó ser un niño que estaba dotado de fortaleza, audaz y tesonero, muy parecido a su madre a la que adoraba. Pero su nacimiento despertó en Sara ese sentimiento que resultó hostilmente celoso, que creció mucho más al saberse poco tiempo después que estaba embarazada. Sara tuvo su hijo propio, al que llamó Isaac. El niño, producto de un vientre anciano, era débil y de vista deficiente, que con el correr de los años se convertiría en ceguera permanente.

Poco podía entonces hacer para competir con su atlético hermanastro. Entonces Sara trató de convivir y de mostrarse cortés, hasta que la situación se mostró insostenible debido al enfrentamiento entre los hermanastros que iba adquiriendo peligrosas dimensiones. Sara que de vieja se mostró muy celosa, no pudo contener su odio hacia Agar y su agresivo hijo. Los impostores deberían irse inmediatamente, exigió Sara a su esposo Abraham. Sin pronunciar una sola palabra de desacuerdo, Abraham condujo a su hijo Ismael y a su madre, hacia la frontera de sus dominios y les señaló el sur, entregándoles una hogaza de pan y un cántaro de agua.

Ismael no quiso volverse a mirar a su padre que prácticamente los abandonaba a la muerte, ni Agar tampoco miró hacia atrás en actitud de desprecio. Pero Ismael odiando a su padre Abraham juró a su madre que de allí en adelante, por toda la eternidad, sería enemigo de cualquier otro que descendiera de la casa de Abraham.

¿Es esta la razón para que judíos y árabes se odien de forma tan visceral?

Está escrito en las Sagradas profecías, que judíos y palestinos están destinados por siempre a ser enemigos.

El conflicto Judio-Arabe, es una de las tantas manifestaciones de ese odio ancestral que se ha practicado en todas las épocas justificando la confrontación entre hermanos.

Aparentemente los descendientes de Isaac e Ismael se disputan la histórica tierra prometida, solo que esta vez también hay de por medio la invasión judía durante la guerra de los seis días, en la que los judíos tomaron de los palestinos territorios que habían pertenecido por siglos a la indómita arabia. Estos  hoy demandan su devolución sin condiciones, porque en esos territorios se encuentra el Templo de Jerusalén símbolo religioso de gran importancia para los dos países. La guerra entonces seguirá siendo  una de las tantas formas salvajes de resolver lo que hoy para el mundo es una simple reyerta de política internacional, aunque hasta el día de hoy  no se ha cumplido el juramento de Ismael que se interpreta como el deseo del total exterminio de Israel que para defenderse de lo que puedan significar esas amenazas cuenta con una poderosa y destructiva  bomba atómica.

1 comment:

  1. Fantástica essa explicação sobre o ódio entre dois povos, que já fizeram milhões de vítimas. É triste saber que bem antes do nascimento de Cristo, o ódio, a inveja, o ciúme, a rivalidade, já dominavam os corações dos seres humanos. Jesus pregou a paz. E esses povos gastam fortunas em armamentos, enquanto em outros paises, populações estão sendo dizimadas pela fome.

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