Tomado del libro Rimas y Palabras
Por A.J.Ortega
Ella tenía
dieciocho añosél era mozo
de veinte.
Se conocieron
en un baile
Y se amaron
para siempre.
Después
de su unión en la iglesia,
la semilla
maduró
fertilizando
en su cuerpo
de lindísima
mujer,
en disposición
de ser madre
para que
de ella
yo naciera,
en un nuevo
amanecer.
Mi madre me dio
sus ojos claros, mi padre
un montón
de ilusiones,
y fue así
con esos regalos
que yo me aferré
a la vida
al empezar
mi existencia
entre su vientre
hecho un altar
donde crecía
la esperanza.
Nueve meses
y un instante trabajé para
estar dispuesto
a una salida
apurada,
que era
lo que el destino
tenía para mi
preparada.
Ella me dio
la vida entera para traerme
a esta tierra
con la ternura
de sus besos.
En el instante
siguiente Sentí que estaba
orgullosa,
emocionada
con su alegría,
esa que siempre
mostró
en su querida
sonrisa,
al probar
con el milagro,
que su dolor
al parir se había
convertido
en amor.
Mientras juntos
estuvimos por ella sentí
el respeto
que siempre
me recordaría
que una madre
de su hijo
nunca se aleja,
ni permite
que mal
se lo juzguen
por pilatunas
o quejas.
Hoy pienso
con gran cariñocómo la vi
yo de linda
ante la angustia
temprana
que sin querer
le causé,
al intentar
caminar
dando los primeros
pasos,
pero
la suerte
que es mala,
se atravesó
a tan corto camino
convirtiendo
mi primer
intento
en tropiezos.
Nunca he podido
olvidar aquel esfuerzo
tan grande
que tuvo
que hacer
mi madre
que me atrapó
con su abrazo
amoroso,
después
de verme caer,
haciendo
que me levantara
para Intentarlo
otra vez.
El lunes
por la mañana ella me llevó
a la escuela
donde con cartilla
enseñan
cómo aprender
a leer,
pensando ellos
yo no sabía
que mi mamá me mima,
que mi mamá me quiere,
que mi mamá me ama
y mucho.
Cuando me sentí
más grande tuve que aprender
lo que la existencia
enseña
y siempre repite
el hombre
como si fuera verdad,
que todo lo que
se sabe
proviene de los duros
golpes que a lo largo
del crecimiento
la vida siempre nos da.
A eso creo
haber replicado que no es
la única forma
que debe existir
para comprender
cosas simples
que se dicen,
son enseñanzas
curtidas que llamamos
experiencias
que llegan
con la vejez.
Claro que
al pensarlo luegoy con tiempo suficiente
para encontrar la verdad,
es que me dije a mí mismo
la poca importancia
que tales ideas tuvieron
al medir los resultados
que había en alegres
fiestas ganado
donde el vicio del licor
es lo único que cuenta.
A esa etapa de mi vida
Le puse la mala horaporque con injusta decisión
abandoné a mi madre
al irme a buscar fortuna
en la falsa oportunidad
de la calle hasta que
el día llegó en que tuve
que aceptar lo esquiva
que es la felicidad,
porque siempre que
uno la busca
en ninguna parte
la encuentra.
Más como no todo
puede ser tristeza,es hora de mencionar
que hoy es un día
especial para mí
porque voy a festejar
a la que es
mi madre adorada,
a la que debo cumplir
amoroso compromiso
de otra vez volver a vernos
después de la que fue
larga ausencia,
para que ella lea en mi cara
que yo me encuentro muy bien
aunque dinero no tenga
para comprarle las rosas
que vi camino de casa.
Sé que eso nada le importa
ya que ella claramente lo sabe sin tener que adivinarlo,
que yo la sigo llevando
en el fondo de mi alma,
donde jamás en este día
puedo llegar a olvidarla.
Es que yo la quiero mucho
desde que tengo memoria
por ser de mi corazón dueña
y porque se con todo mi amor
que entre las lindas mujeres
que pueda haber en la tierra
mi madre es la más bella.



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