Monday, May 4, 2015

LA QUIMICA HUMANA

Tomado del libro Cuentos, Historias & Relatos Tomo I
Por A.J.Ortega


Cómo están cambiando las cosas en el mundo. Muy pronto quedará claro por definición práctica, una nueva concepción de lo que significa una relación  sexual. El diccionario dirá que es una reacción química que se produce en todos los organismos por la atracción del humor.

Existen motivos para pensar que ciertas actividades biológicas serán en el inmediato futuro eso, simples afinidades biológicas que se producen por reacciones químicas estimulantes del cuerpo y externas cuando se usen para conseguir el orgasmo estremecedor.

Ello está cambiando en silencio, conceptos y definiciones que regulan la conducta de los individuos en aspectos considerados fundamentales como el amor, los sentimientos y los afectos.

Estudios hechos sobre el rechazo que sienten las personas entre sí, llevó a investigadores sociales a estudiar las razones de un interrogante.

¿Por qué motivo, una persona que nunca nos ha hecho nada malo, nos cae mal hasta el repudio y la hostilidad desde el instante en que lo vemos por primera vez?

La respuesta resultó ser muy simple para los investigadores. El cuerpo humano es un laboratorio en el que se mezclan cientos de sustancias químicas que dan como resultado el humor. Tal mezcla puede ser o no, compatible con otra que sea afín químicamente al humor que exhalamos. El mismo camino se recorre en el rechazo. La sustancia química que es el humor, se mezcla o se rechaza con el humor o sustancias químicas de otras personas.

Usted puede conocer a alguien que le es agradable sin encontrar explicaciones de ello y sentirse en la gloria en su compañía. Igualmente puede odiar a una persona que acaba de conocer y que no ha tenido oportunidad de hacerle a usted nada para ganarse su rechazo canicular.

Eso parece explicar el por qué la bella se enamora del feo y el feo de la mujer deforme, de la misma forma que explicaría las separaciones matrimoniales de parejas muy lindas que alegan motivos de incompatibilidad y que en efecto son solo reacciones producto de sus propios rechazos químicos.

El aura, el humor, nuestra holografía, son las huellas dactilares de la química de cada persona, que se atraen y se rechazan en momentos de acercamiento casual o premeditado.

El amor, que es el que saldría más afectado en este nuevo entendimiento de la conducta biológica humana, sale ganancioso sin embargo al suprimir de su contenido, el aspecto sexual que no es producto del afecto sino de lo que fabrica nuestro laboratorio corporal, que a la vez también explicaría las razones de la  infidelidad.

Al existir el empate del humor de un ser con otro, surge en la relación de las personas una cadena de comportamientos, de afectos y cariños que componen el amor.

Lealtad, respeto, consideración, cuidado, comprensión, cercanía, llegan naturalmente cuando hay una simple atracción química.

Como algo paradójico, esa era la concepción que las abuelas tenían del amor, aunque para ellas la relación sexual corresponde a un instante íntimo e irremplazable, producto de la privacidad secreta para la procreación amorosa de la familia.

Hace unos días, una encuesta que sacó a la luz una conclusión de la juventud no mayor de 25 años sobre los intereses futuros de constituir una familia con hijos. El 85% de los jóvenes encuestados en todos los niveles de la sociedad que mantienen ese tipo de relación química, se identificaron en un punto.

No quieren traer hijos al mundo, aunque no son abstemios en relaciones íntimas. Consideran que ese aspecto tiene que ser controlado y evitado cuando no existen condiciones económicas y de seguridad apropiadas para engendrar a un nuevo ser. Inexplicablemente el viejo concepto del amor hizo mutis por el foro de la respuesta.

Ello significa, sin entrar en el terreno del dogma, que también el concepto de la familia, de sus fines y de sus comportamientos como núcleo social, empiezan a cambiar en la mente de la futura sociedad, que quiere garantizarse primero la economía y la seguridad para proceder a tener el derecho a satisfacer una tendencia polígama.

Parece que tenemos que prepararnos para ese nuevo paso evolutivo que se ve venir en la relación de pareja y que de seguro cambiará lo que se aceptó por amor durante miles de años como una constante humana que hoy ya no lo es por los cambios en la conducta sexual del hombre.

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