Yosemite tiene una historia antigua hecha de recuerdos
de cosas extrañas que suceden en su territorio. Se dice que allí se reúnen todas
las energías buenas y malas del universo, lo que de por si llama la atención de
cualquier ser inteligente que se interese en el saber de lo desconocido que prácticamente
lo es la forma como la madre naturaleza se presenta en lugares en los que ha
preservado su pasado .
Las lluvias que allí ocurren son tan poderosas en
invierno que pueden volver ríos las quebradas que por allí muestran sus aguas puras
y cristalinas provenientes de la nieve de sus montañas y que dan de beber a su
mundo animal en sus numerosos lagos donde ellos circulan libres porque todo ese
territorio está protegido de la acción violenta de los hombres cazadores a
quienes la administración del Parque Nacional previene de su existencia, en
museos de fósiles en los que se encuentran remanentes de los gatos de dientes
de sable, Osos de rostro pequeño, Mamuts de Colombia y numerosos mamíferos de
la era de hielo, que se exhiben en el Museo construido alrededor de éstos
hallazgos que se convirtieron en el mayor nido de historia de la era fósil del
pleistoceno que existe en el occidente de los E.U. En la parte correspondiente
a la actual vida animal, se encuentra de todo en el Condado de Madera. El
visitante de verano especialmente se puede encontrar con campos de pesca entre
riscos de granito de los que descienden cascadas de agua cristalina que forman
quebradas donde beben los lobos, los osos, los zorros, las ardillas de todo
tipo que saltan por entre las ramas del bosque donde las sequoias las protegen
con su majestuosidad gigante picadas de pájaros carpinteros de mil colores
brillantes que se posan en las cortezas de miles de años de suave existencia en
paz que copan el paisaje maravilloso de este bosque encantado que es el parque
Nacional de Yosemite.
En la temporada de lluvias que siempre son sorpresivas
y que aparecen cuando el cielo se transforma en cúmulos de nubes negras de las que
se disparan peligrosos rayos que se dibujan en prolongadas y poderosas hebras
cargadas de una energía de luz blanca como si repitieran la imagen de las raíces
que sobresalen como venas de sabia inflamada en los pies de estos gigantescos árboles.
Son las energías transformadas en Rayos que nacen en cámara lenta como si
salieran a buscar donde posar su ira de fuego. No es cobardía decir que la observación
de esa acción de la naturaleza produce un temor con el trueno que proviene de
la explosión prolongada que demora solo segundos y que se repite una y otra vez
como una amenaza de guerra en ese universo de ensoñación.
Las mentes de rica imaginación han descifrado en la
verbosidad del contador de historias, hechos que tienen que ver con los
espíritus que gobiernan la tierra y que por allí rondan en horas de la noche en
que ellos aparecen para ejercer ritos y patrocinar sacrificios con que
glorifican al dios de su universo al que entregan las almas torturadas en altar
imaginario hecho de piedras de cristal de cuarzo que alimenta sus fuerzas de
poder. Se habla con cierto secreto en la existencia de tribus muy antiguas que
han sido integradas por las almas desaparecidas en Yosemite que han sido
llevadas a las alturas de las montañas donde residen para adorar forzadas al
dios de los vientos y de los rayos originarios de la vida primaria con cuya
fuerza se disputan el poder que Yosemite representa en sus rocosas figuras enmarcadas
en formas de rostros de donde proviene la sabiduría expresada en la exactitud
del equilibrio que representa la armonía de su entorno. Ellas han sido
destinadas a ser núcleo en que está fundado el poder que sienten los que permanecen
en Yosemite esperando que sus dioses se manifiesten en formas fantasmagóricas móviles
que se dejan ver pero no hablan por haber sido condenadas al silencio que hiere
la imaginación que se atreve a interpretarlo.
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