Aquel que
quiera dedicar su vida al servicio de la política debe construir una urna de
cristal para vivir en ella. Esta afirmación la hago porque desde la Universidad
me dediqué no solamente a estudiar con seriedad los temas académicos sino que
el uso de la libertad de expresión que se siente en el recinto, lo lleva a uno
a pensar con sinceridad en aportar algo para ayudar a la patria. Lo primero que se me ocurrió fue
fundar un periódico semanal. Y como buen iluso me puse a trabajar la idea hasta
concretarla en un periódico Universitario que bauticé con el título de Verbo
Nacional. Constaba de dos hojas tabloides, es decir de cuatro páginas que tuve
que escribirlas todas porque la hoja volante no era un medio para hacer dinero
con propaganda de partido ni de movimiento revolucionario, ni nada por el
estilo. Lo que explica por qué me tocaba por principio hacerlo todo. Así que la
primera edición la dividí en un número igual al de las facultades que tenía la
Universidad. Los doscientos ejemplares, la distribuí por mi cuenta a doscientos
muchachos que estudiaban en las facultades de derecho, economía, arquitectura e
ingeniería. Me puse muy contento ante la buena recepción que le dieron al
periódico porque varios estudiantes manifestaron interés en dar sus puntos de
vista con sus notas que yo me comprometí a publicar la siguiente semana. La
edición me había costado quinientos pesos que yo puse de mi salario, porque
trabajaba de día y estudiaba de noche. Me dio mucha alegría el resultado obtenido
con el primer ejemplar de Verbo Nacional, pensando que el éxito podría haber sido
por la nota editorial en la que justificaba el nacimiento del periódico
Universitario.
Me acuerdo de
unas pocas líneas del primer Editorial que yo había tomado de la Vida de José
Antonio Primo de Rivera, a quien la Historia ha considerado un romántico de la
política en España. Era el Jefe del movimiento Nacionalista la Falange
Española. En uno de sus famosos discursos fustigó a todos aquellos que odiaban
la política y lo hizo de manera contundente:
“Nadie por
mucho que se especialice en una tarea, puede eximirse al afán de una política,
porque el hablar sinceramente de política es evitar el pecado de aquellos que ocultándose
en un apoliticismo hipócrita, tratan de introducir la política en el método
científico”.
José Antonio
terminó su vida asesinado cobardemente por el partido Comunista Español.
No comments:
Post a Comment