Sunday, February 22, 2015

EL CHISME

Tomado del libro Cuentos, Historias & Relatos Tomo II
Por A.J.Ortega


Al ser humano nada le sorprende al tener la certeza de que todo evoluciona de tal forma, que las cosas cambian de apariencia y de concepto en menos que canta un gallo .Por ello, antes de que el sentido de estas palabras desaparezca voy a referir la noticia que presencié en uno de esos canales de televisión que nunca tienen cosas importantes que trasmitir y que llenan sus espacios con noticias tontas, pero que en algunas ocasiones como la que vamos a relatar, aparecen con temas realmente sorprendentes gracias a los asuntos del azar.

 

Entonces dice el presentador:

 

“El chisme en las oficinas, según una investigación científica, produce mejor rendimiento, baja el estrés y mejora la calidad del trabajo, si lo que se difunde no tiene mala intención”. En un breve reflexionar era entonces posible imaginar a los intelectuales, rascándose la cabeza con el descubrimiento de tan grande beneficio para la vida social del mundo.

La noticia, por si sola,  hizo recordar algunos chismes célebres en tierra lejana, en donde se cuecen cosas que solo la imaginación desocupada da por ciertas, como la que vamos de inmediato  a referir:

 

En una campaña política para la presidencia de la República de Colombia, un directivo de gremio industrial respaldó a un candidato a presidente que tenía fama de hablar delgado de timbre y de mover las manos con cierto amaneramiento, como si estuvieran sostenidas suavemente arriba del viento.

 

Cuando echaba discurso, el candidato de marras tiraba plumas a diestra y siniestra, porque, como se dijo, era afeminado de maneras, pero sin ser culpable de nada más que del chisme que se hacía sin comprobación sobre su personal e íntima forma de ser.

 

Por la confianza que el industrial mostró por su candidatura, el propio candidato le hizo  al dirigente gremial una promesa que consistía en que, una vez fuera elegido presidente lo nombraría embajador en Washington, capital del mundo financiero donde por supuesto, abunda el dinero que tanto apetece a los hombres de empresa.

 

Pasadas las elecciones, al candidato de marras la Corte electoral le dio la noticia de su triunfo, que obviamente lo puso muy feliz. Como nuevo Presidente se encargó de inmediato de asuntos importantes de Estado, dejando pasar más tiempo del prudente para proveer el diplomático cargo en la Capital del Imperio Americano, lo que causó serias sospechas de incumplimiento en la cabeza del industrial candidato a Embajador.

 

De tanto esperar y ya perdidas sus esperanzas, este hombre de gremio, que por serlo era muy exigente y tenía la lengua muy larga, se dedicó a fabricarle chismes al Presidente en fiestas y cócteles, precisamente relacionados con el reconocido amaneramiento del ahora elegido Presidente. Pero como la envidia no duerme y todos los humanos que se destacan tienen personajes desafectos, los enemigos del industrial hombre de gremio le chismosearon a su vez al Presidente, lo que el industrial andaba inventando sobre su especial personalidad, con el fin obviamente de sacarle la rabia al mandatario y evitar con ello el nombramiento del industrial en Washington.

 

Pero como el destino es cruel, una noche, en una reunión social coincidieron Presidente y candidato frustrado a Embajador.

 

- Señor presidente, le dijo el industrial candidato a diplomático, ¿qué documentos voy a necesitar para posesionarme como embajador en Washington?

 

- Los mismos que va a necesitar para probar que yo soy lo que usted anda diciendo que soy, le contestó el Presidente.

 

Obviamente no hubo nombramiento y triunfó el chisme, con el cumplimiento del aforismo que dice: “difamad, difamad que de la difamación algo queda” y aunque lo que se supone debe quedar  se devuelva contra los intereses de uno a cargo y cuenta del difamado como en este caso.

 

Entonces viene la conclusión sobre este tema con un relato entre comillas que tiene algo que ver con la historia relatada.

 

“A una mujer que se confesaba frecuentemente de hablar mal de los demás, San Felipe Nerí le preguntó:

 

- ¿Te sucede con frecuencia hablar mal del prójimo?

 

- Muy a menudo padre, responde la penitente.

 

- Hijita, vuestra falta es grande. Es necesario que hagas penitencia. He aquí lo que harás. Mata una gallina y tráemela enseguida. La condición es que debes desplumarla por el camino,  desde tu casa hasta que llegues aquí.

 

- La mujer obedeció y se presentó ante el santo con la gallina desplumada.

 

- Ahora, le dijo San Felipe. Regresa por el mismo camino que viniste y recoge una por una las plumas de la gallina.

 

- ¡Pero eso es imposible padre!, dijo la mujer. Con el viento que hace hoy, no encontraré ni una sola pluma.

 

- También yo lo sé reiteró el santo, pero con ello he querido hacerte comprender que si no puedes recoger las plumas de una gallina desparramadas por el viento, ¿cómo podrás reparar todos los chismes y las calumnias levantadas y dichas a mucha gente y en perjuicio de tu prójimo?”.

 

Quedan cerradas las comillas y terminado el juicio sobre el informe de la televisión cuando se ha prestado a publicar chismes y poner de pelea a personas importantes con el fin de ganar injustificada audiencia.

2 comments:

  1. Esto es lamentablemente muy veridico. En l mundo en que vivimos hay dos sentimientos que corroen el alma de los seres humanos. Uno es la envidia y el otro es el chisme, casi siempre provocado por el primero. !Excelente exposicion!

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    1. Jajajaja, cierto. Gracias por tu tiempo. un abrazo

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